Sueltos de : Pepe Marquina
…
Íbamos de paseo. Llegamos al río y había que pasar el puente. El puente era muy largo. Desde el inicio vimos que venía un señor con un perro.
Comenzamos a mirar al perro y el perro nos miraba a nosotros. Seguimos avanzando.
Llegamos al centro del puente. Por alguna extraña razón nos detuvimos frente a ellos. El dueño hablaba por teléfono. El perro nos miraba a los dos de arriba abajo como si nos estuviera midiendo. Ella, muy lista, se fue escondiendo detrás de mí. Se diluyó. Al final el perro y yo nos quedamos frente a frente, sosteniendo las miradas. Sentimos una atracción injustificada el uno por el otro. Fue un reto entre desiguales.
Cuando el dueño dejó de hablar por teléfono y viendo el mano a mano que sosteníamos el perro y yo, en vez de seguir caminando se dispuso a quitarle la correa.
– Por favor, no lo suelte -le supliqué.
– Es que cuando no tiene la correa piensa mejor y es más decidido en sus acciones -me contestó.
Le imploré que no separara la correa del cuello del perro, pero no me hizo caso…
Estoy muy agradecido al doctor Lema y a todo su equipo. Gracias a su buena actuación las señales apenas son perceptibles.
Fin…
Nov 03, 2013 @ 14:19:14
Lo ingenuo recompensado, eso al menos, ¿no? Pero el suelto quedó bien, y eso importa.
Saludos.
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Nov 03, 2013 @ 14:03:26
¿No será el perro del Carmelo que no tenía dientes?
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Nov 03, 2013 @ 07:52:37
!Uy! !Qué duro! Me imagino lo peor. Pobres. Besillos.
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Nov 03, 2013 @ 12:40:08
gracias por leer los relatos de la Librería…. Siempre tenemos un final para todos los cuentos….
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